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Microdermoabrasión

Con el propósito de mantener una piel joven, suave y limpia, es que hoy las personas se someten a diversos tratamientos de limpieza y más aún a procedimientos exfoliantes. La microdermoabrasión, es un tratamiento que obtiene resultados similares a los obtenidos en los peeling, pero de una forma menos agresiva y permitiendo retornar a las actividades habituales de manera inmediata.

La microdermoabrasión consiste en la remoción mecánica y controlada de los estratos superficiales de la piel, eliminando las capas exteriores de las células dérmicas y ayudando a disminuir cicatrices y arrugas.

Mediante la exfoliación de la piel, se produce la regeneración celular e incremento en la producción de colágeno, incrementando la elasticidad y tono de la piel, además de suavizar las manchas producidas por la exposición solar, como también atenuar algunas líneas de expresión. La diferencia de la microdermoabrasión con los otros procedimientos de exfoliación es el grado de profundidad que puede 

llegar a realizar el barrido de células muertas, ya que algunos lo hacen sólo a nivel de la epidermis y otros llegan hasta la capa media, la dermis.

El procedimiento consiste en el uso de puntas de diamante que sin dolor eliminan las células muertas de la piel, logrando que los puntos negros y blancos se ablanden para que sean fáciles de eliminar, que las cicatrices de acné y las estrías sean menos visibles, y que los poros y líneas de expresión sean menos prominentes. 

Para que el tratamiento sea realmente exitoso se debe tener en cuenta que éste se debe realizar, por lo menos, una vez por semana o cada quince días; que los tratamientos dependerán de la condición de la piel y de la profundidad alcanzada, y que, por lo menos, se necesitan cinco sesiones para lograr un efecto duradero.

Cosmetología 2014