La primavera está a punto de llegar y con ella un sinnúmero de actitudes típicas de la estación. Comenzamos a vestirnos más ligeros, nos comienza a importar más la moda, los kilitos demás se hacen notar y dicen que el amor renace en esta época del año. Sin embargo, nuestro cabello también cambia y debe ser tratado de manera diferente que en las otras estaciones.

El paso del invierno deja en nuestro cabello rastros de resecamiento en las puntas, encrespamiento por la humedad, poco brillo y grasitud en el cuero cabelludo; producto del uso de calefactores, el viento y humedad de la temporada, además del uso de gorros que aumenta la sudoración, dando una sensación de suciedad en el cabello.

Por lo anterior y para prevenir la llamada caída de cabello estacional y mejorar su aspecto, es que se aconseja la aplicación frecuente de masajes en el cuero cabelludo. El procedimiento es apoyar las yemas de los dedos en la cabeza y presionar ligeramente, sin moverlas, haciendo movimientos rotatorios de forma que sea la piel del cuero cabelludo la que se mueva y no las glándulas sebáceas que están debajo. Realizando este acto diariamente, se estimula la circulación sanguínea de la zona, asegurando la correcta nutrición y oxigenación del cabello desde su origen.

Si el cabello está muy dañado es mejor utilizar gamas completas de productos dirigidos a cabellos castigados, como shampoo, acondicionadores y principalmente mascarillas.

Los ingredientes más recomendados son los polímeros voluminizadores y activos filmogénicos que engrosan cada cabello para que gane volumen y vitalidad. Los microaceites y ceramidas sirven para mejorar el aspecto de la cutícula ; y los activos nutritivos como el germen de trigo, aceite de almendras, lantoína y glicerina se utilizan especialmente para cabellos secos.

Así podemos enfrentarnos con un cabello más sano y vital frente a la primavera, preparándonos después para el verano y sus temidos rayos UV y la sobreexposición al sol.